
sábado, 14 de julio de 2012

Me
gusta salir, irme de fiesta, emborracharme, disfrutar con mi gente, llegar una
hora tarde a casa por el pedo que me puedo llegar a pillar los sábados, me
encanta hacer locuras, bañarme en la playa con ropa y en invierno, ir dando el
cante por la calle, cantar canciones chorras cuando pasan chavales, no soy la
típica niña tonta que siempre está pendiente de sus uñas, y de si se le ha
corrido el rimel o no, no me gusta la lasaña, es más, siempre la he odiado,
odio el café, de cualquier tipo, lo odio, el chocolate es uno de mis mayores
vicios, es un gran antidepresivo, o eso dicen, soy capricornio, aunque no creo
en los horóscopos lo miro de vez en cuando, también soy bastante enamoradiza,
lloro demasiado, pero puedo llegar a ser tan divertida que te aseguro que
tendrás agujetas por todo el cuerpo de tanto reírnos, río más que lloro, mi
risa es tan distinta a las demás que la recordarás cada vez que oigas otra, me
dan ataques de risa, mis amigos se solían asustar, ahora ya están
acostumbrados, no suelo pillar las cosas a la primera, te diré que lo he
entendido, espero que me creas, para que no me lo tengas que repetir cinco
veces, no soy de esas que se enfadan por cualquier cosa, y si lo hago es para
picarte, ya te dije que no era de esas chicas "corrientes", ¿Ahora lo
entiendes?.


- Es fácil, porque te levantas con una sonrisa deslumbrante y te acuestas con esa misma sonrisa tonta, no hay un motivo en concreto, pero tú sonríes igual. Cuando no tienes ganas de comer a ninguna hora, porque un cosquilleo recorre todo
tu estómago hasta llegarte a los pies, y te tumbas en la cama mirando al techo, está vacío, pero tú lo miras igual. Cuando te pones a escuchar música, y todas y cada una de las canciones que tus oídos van oyendo te recuerdan a él, da igual de lo que vaya la canción, da igual que la letra no tenga sentido, pero tú la oyes igual. Cuando por las noches no puedes dormir, y das una y otra vez vueltas en tu mismo eje esperando que la almohada te ayude a dormir, pero entonces cierras los ojos y aparece ese ser que te quita todo el sueño en un momento, piensas una y otra vez en él, recuerdas el mismo recuerdo hasta cien veces, pero tú le piensas igual. Cuando esa persona te hace sentir cosas que nadie nunca te a echo sentirlas pero a veces lloras por él, porque te empiezas a rayar o cualquier gilipollez.. Pero tú, le sigues queriendo igual y, seguirás queriéndole una y otra, y otra vez más. . . ♥
-Le quiero, como nunca pensé que querria a nadie, como nunca pude imaginar. + Lo sé, solo hay que verte la sonrisa que te sale cada día porque sabes que lo vas a ver. -¿ Lo sabes ? +Sí, porque eso se sabe, eso se ve, eso se siente. - ¿Crees que él sentirá lo mismo que yo? +Sí, lo sé, veo en la forma en la que te mira, como te habla, como intenta llamar tu atención, porque aunque haya veces que lo pases mal por él y llegas a dudar que él te quiere, yo sé que es así, se que él lo dejaría todo por ti ♥
Y
sí, puede que tal vez me haya cansado. Quizás me haya cansado de desilusiones,
de soñar despierta o de mirar el móvil cinco veces cada vez que me despierto en
mitad de la noche. Y quizás también me haya cansado de esconder mis
sentimientos, de fingir que todo da igual, de hacer como que no te he visto
cuando al mismo tiempo me vuelan mil mariposas en el estómago. Y también de ver
películas de amor con final de feliz, y de preguntarme por qué yo todavía no he
tenido ningún final así. Cansada de dar pasos equivocados, de odiarme a mí
misma por no ser capaz de odiarte a ti, cansada de tumbarme en la cama en plena
tarde de domingo mientras ahí fuera pasa la vida como si nada. Cansada de
tantas cosas, que ya no recuerdo por qué cogí ese camino, por qué me ilusioné
tantas veces como una cría, por qué no fui capaz de decirte aquel día que me
pasaría la vida sentada a tu lado sólo para oírte respirar. Y ahora que todo ha
pasado, todavía me pregunto por qué después de este tiempo no he sido capaz de
cansarme de ti
domingo, 1 de julio de 2012
+ Tú vas de chulo siempre, ¿no?
- Sí, es mi forma de ser. Yo entre tonteo y tonteo me echo un cigarrillo para descansar. Porque yo las controlo, ¿sabes? Ellas esperan que yo las elija, que me quede con alguna de ellas. Pero no saben que no, que luego llegará otra tonta que caerá y ellas pasarán a ser segundas opciones. Sí, es mi forma de ser, y así me va bien.
+ Te irá bien hasta que te enamores. Porque entre tonteo y tonteo y con tus cigarritos, llegará el día en que una tonta consiga volverte tonto. Y entonces esas segundas opciones desaparecerán y ella será tu única opción. Y desearás borrarla de tu cabeza, porque con tu forma de ser, como dices, te va bien. Pero déjame decirte que no lo lograrás, y entonces ella decidirá que pasas a ser su
segunda opción.
Mientras tú no le hables, otros se mueren por que ella les conteste. Mientras tú no quieres salir con ella, otros hacen lo que sea, para que ella acepte, su propuesta. Mientras tú no la valoras, otro la hace sentir la mejor mujer del mundo. Mientras tú no la escuchas, otro le aconseja, sabe de sus problemas y la entiende. Mientras tú no quieres una foto con ella, otro se muere por una foto de ella. Mientras tú la haces llorar, otro la hace reír. Mientras tú estás con niñas, otros le dicen que hay mejores. Mientras tu desprecias sus regalos, otros hacen lo que sea porque ella acepte lo de ellos. Mientras tú le dices adiós, otros quince le dicen “hola bonita”

Me enseñaron a no arrepentirme de mis actos, a confiar en mi misma. Me enseñaron a vivir cada segundo como si fuera el último suspiro. Me enseñaron a sonreír a los problemas. Me enseñaron que llorar es importante, pero de felicidad. Me enseñaron que la vida es bella. Me enseñaron lo que vale la pena. Me enseñaron a respetar a las personas que quiero. Me enseñaron en lo que puedo confiar. Me enseñaron a reír con locura. Me enseñaron a elegir por mi misma. Me enseñaron como saber quien siempre va estar a tú lado. Me enseñaron lo que vale la pena perder. Me enseñaron a valorar lo que tengo. Me enseñaron que debo luchar por mis sueños. Me enseñaron que vale la pena gritar, aun cuando nadie puede oírte. Me enseñaron le verdadera belleza. Me enseñaron que tengo todo aquello que no sé puede pedir. Me enseñaron a superar los problemas, a hacerme más fuerte. Me enseñaron que lo más importante es la verdad. Me enseñaron a amar, a querer, pero nunca a odiar. Me enseñaron que la vida lo que te da te lo quita. Me enseñaron todo aquello a lo que las palabras no llegan. Me enseñaron que vale la pena siempre intentarlo una vez más. Me enseñaron que las páginas en blanco son solo pausas. Me enseñaron que las historias son interminables. Me enseñaron a encontrar la magia de las sonrisas. Me enseñaron lo que soy, y lo que siempre querré ser.
Estás loca….
+No, que haga locuras no significa que esté loca. Una persona que está loca es la que hace locuras pensando que éstas son actos normales, cuando, en realidad no lo son.
-Eso no justifica que no estés loca.
+Sí, sí que lo justifica. Para mí, vivir sin cometer ninguna locura es como no vivir. Esa sensación que sientes cuando cometes una de ellas, nunca la vas a sentir haciendo algo normal. Para mí, esa sensación es la que me demuestra que estoy viva, que estoy aprovechando mi vida al máximo.
-Pero esas locuras tienen consecuencias….
+¿Y qué? Puede haber consecuencias en todos los actos que cometas, sean locuras o normales. Quizás, lo que para ti es normal para otro es una locura.
-Para mí, es una locura tu manera de pensar.
+Para mí, es absurdo intentar ser normal, nadie lo es, dejas de serlo en el preciso momento en que intentas serlo. Además, lo normal es aburrido
Nunca estábamos de acuerdo en absolutamente nada, si yo decía blanco tu decías negro. Si yo me decidía tú te echabas para atrás. Nunca conocimos un punto medio, o nos queríamos a más no poder, o no queríamos ni vernos. Éramos incomprensibles para el resto de la gente, éramos como esos bichos raros que nadie comprende. Casi nunca tuvimos días buenos, pero cuando los tuvimos los supimos aprovechar. Y a pesar de los malos momentos tú me enseñaste a disfrutar de cada etapa de la vida, me enseñaste a valorar los buenos momentos, las sonrisas, las palabras de aliento. Me enseñaste a levantarme después de cada caída, me enseñaste a sonreírle a la vida y a buscarle un lado bueno a todo. Pero ahora, tú no estás y no encuentro motivos por los que alegrarme de ello pero, a pesar de no encontrarlos prometo no venirme a bajo ¿Sabes por qué? Porque cuando piense en ti, voy a sonreír como cuando estaba contigo, cuando sienta que me faltes buscarte tus cartas y en el fondo será como si nunca te hubieras ido.
Que yo puedo ser feliz con poca cosa, con cuatro buenos amigos, una coca-cola y una bolsa de gusanitos. Que puedo reír sin necesitar a nadie, porque soy tonta, me río de mi misma, y así aprendo a valorar que nadie es perfecto, pero que si me río con alguien, sería aún mejor. Que si me falta alguien, ya encontraré a alguien que se ponga en su lugar y que me haga reír igual o más, porque muy pocas personas son insustituibles y las que lo son, no permitirán que las sustituyas. Que si tienes miles de personas rodeándote cuidado, que no todo va a ser perfecto siempre. Que también habrán tiempos malos, en los que estés casi solo y entonces te darás cuenta de lo importante que es tratar bien a las personas, porque si estás solo es por algo. Que pases del mundo, no intentes ser el mejor, que acabará saliéndote caro. Y para acabar, que no llores por quien se fue o por quien se irá, que sonrías por quien sigue ahí y por quien vendrá.
¿Quieres qe te hable de él?
Bien, él es...él es mi canción favorita. Una de esas canciones míticas, que sabes que te gustarán siempre, y no te podrás cansar nunca de escuchar... Él es así. Es como un beso de buenos días que va acompañado de una sonrisa mañanera, o como una ducha caliente en un día de frio invierno. Es como un abrazo. Un abrazo de esos que necesitas siempre.Es como una de esas melodías, que sueles tararear cuando el miedo te domina... ¿sabes que más te podría decir de él para que lo entendieses? Podría decirte que él es todo. Pero no en el sentido típico de la palabra. Todo de verdad. Todo aquello que, una vez que lo pierdes, piensas que ya la vida no sirve más que para darte copias baratas e imitaciones absurdas de la mejor canción de amor que hayas escuchado jamás.
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