Soy
de las que opinan que a rey muerto, rey puesto y que a perro flaco, todo son
pulgas. Pase lo que pase después de la tormenta siempre llega la calma, porque
como dicen por ahí: en Abril aguas mil. No te desesperes, dale tiempo al tiempo
que todo llega. Porque Dios aprieta pero no ahoga y más vale parecer tonto y no
abrir la boca, que abrirla y confirmarlo. Aunque, más vale lo malo conocido que
lo bueno por conocer. Por desgracia de tal palo tal astilla, aunque como dicen:
ande yo caliente y ríase la gente. Que las cosas de palacio: tranquilas y
despacio, y que lo que cada uno vale, a la cara sale. Que tengo la suerte de
que se coge antes a un mentiroso que a un cojo. Y es entonces cuando llega el
momento de decir que las cosas claras y el chocolate espeso, que al mal tiempo,
buena cara y que quien ríe último, reirá mejor. Debes pasar los malos ratos
cuanto antes mejor, que esto se pasa de castaño oscuro y si te he visto, no me
acuerdo. Y no olvides que más sabe el diablo por viejo que por diablo. Por eso,
me habrás entendido perfectamente. Porque a buen entendedor, pocas palabras
bastan, aunque, por desgracia, nunca llueve a gustos de todos. Y no hay mal que
dure cien años, ni cuerpo que lo aguante.
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